Dan las doce en los relojes
y es la hora de los fantasmas,
abrázame en tus alas,
rózame con tu aliento
que se agranda el silencio
hace frío y tengo miedo.
Por esa misma calle,
transita el amory el desasosiego…
Y yo…que te bese en los cementerios
sigo este viaje
sin ti, sin mi,
con raídos sueñosen los costados
bajo un cielo impalpable
donde ya no suspiran los muertos.
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