Arde en las venas
un sol desbocado
y en los ojos madrugadas
de sueños claros
para vencer la muerte.
Me afirmo en el grito
cada vez más violento,
cuando siento que el esqueleto
se me va quedando atrás
o que la mano no puede
ponerle letra al verso,
“o llevarse la maldita
cuchara de sopa a la boca”…
Me afirmo
y empiezan a germinar entonces
semillas subversivas
que me detienen
y aferran a la vida.
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